A Juan Carlos Morán Fernández, que tomará posesión (D.M.) como Abad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno el próximo 17 de septiembre de 2017
Cuando el
próximo domingo las campanas de la iglesia de Santa Nonia vuelvan a tañer,
tendrás el corazón festivo, porque vas a hacer realidad un sueño, que no solo
es el tuyo, sino el de todos los que te queremos, como Abad, como hermano y
como amigo. Frente a Nuestro Padre Jesús Nazareno, tomarás la vara que te
acredita como nuevo Abad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y no
sé tú, pero yo, seguramente, dejaré correr por mis mejillas lágrimas de emoción
y de recuerdos…
Cuando
el próximo domingo las campanas de la iglesia de Santa Nonia vuelvan a tañer,
nos asomaremos juntos al “Balcón” del alma, para contemplar cómo ha pasado el
tiempo, con la cadencia de un raseo y la prestancia de una túnica de sarga
negra. Volveremos a jugar al balón, a cambiar cromos, a soñar que el tiempo se
ha detenido de nuevo bajo el quicio de nuestras sonrisas de la infancia.
Porque, para quien te ha conocido, sigues siendo aquel niño, bendecido por el
amor de una familia que sigo sintiendo como mía y por una inmensa humildad, la
misma que hoy engalana tus ojos de papón .
Cuando
el próximo domingo las campanas de la iglesia de Santa Nonia vuelvan a tañer, estaré
orgulloso, una vez más, de haberte conocido; de haber aprendido a pujar
apoyando mi mano en tu hombro, de haber imaginado contigo primaveras que olían
a incienso cualquier atardecer de otoño; de haber llevado en mi solapa, una
maravillosa tarde de marzo, una parte de ti y de ese grupo de valientes
braceros del Ecce Homo.
Cuando
el próximo domingo las campanas de la iglesia de Santa Nonia vuelvan a tañer,
daré gracias a Dios, una vez más, por
haberte puesto en mi camino y en el de todos los hermanos de la cofradía del
Dulce Nombre de Jesús Nazareno, que desde su altar, se mirará en tus ojos y
sentirá cómo se derrama sobre el morado de Su túnica un aguacero de cariño, de
tu cariño, querido hermano.
Si Él te
muestra el camino, yo te ofrezco mi hombro para que tu puja sea liviana y dulce,
como Su nombre, como tu corazón…
¡Que
sea enhorabuena, papón, hermano y amigo!
FOTOGRAFÍA: LEONOTICIAS